Ordenación presbiteral


En la Casa Madrde de las Hijas de la Caridad

Asamblea General

Ordenación diaconal de Nelson, Jason y 6 colombianos.

Carta del Visitador XVII (Junio, 2010)

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A TODOS MIS AMADOS ESTUDIANTES DE LA PROVINCIA DE AMERÍCA CENTRAL. UN SALUDO DESDE LA CURIA PROVINCIAL, EN ESTE MES DEL VERDADERO AMOR: DEL AMOR DEL CORAZÓN DE CRISTO.
XVII.

En mi última carta con ocasión del año sacerdotal, les animaba y les invitaba a soñar en una nueva provincia de América Central-- que significa soñar con un nuevo misionero vicentino al estilo de Jesús, libre de toda hipoteca-- que refleje que sus miembros con sus diferentes culturas, nacionalidades, pensamientos, actitudes harán posible asumir la petición de Jesús: “Padre que todos sean uno” Jn, 14, 16 y el hermoso testimonio de la unidad eclesial de Monseñor Oscar Arnulfo Romero “Sentir con la Iglesia” y la espiritualidad de San Vicente: “mantengamos este espíritu, si queremos tener entre nosotros la imagen de la Adorable Trinidad , allí está el modelo de nuestra vida” ,éste debe ser mis amados hermanos nuestro parámetro, éste es el mayor reto de la agenda diaria de nuestro recorrido vocacional.
Esta es la lectura diaria de nuestra experiencia de fe, para llegar gozosos un día, consagrados a la misión. ¿Cómo empeñarnos en esto?
Me llamó la atención la primera lectura de la feria del martes 2 de junio, cuando San Pablo, el apóstol que nació, creció y maduró en el surco, curtido de experiencia misionera y desde la experiencia de la cruz: cargado de cadenas y en prisión, ve desde la luz de su fe, en el joven Timoteo, un buen prospecto para el Reino y le aconseja:
“Te invito a que reavives el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos. Dios, no nos dio un espíritu de miedo, sino un espíritu de fortaleza, de amor y de buen juicio” 2 tm. 1, 6-7.
¡Reavives en don de Dios! Esa es la llamada. San Pablo, está en la prisión y es posible que esto asuste al joven discípulo. Siempre un toquecito de la Cruz en nuestras vidas puede provocar, dolor, miedos, y el miedo puede provocar la huída, abandono de la misión y en el caso de Timoteo, abandono de su ministerio. En el contexto de las cartas de San Pablo encontramos este dolor del apóstol, por aquellos que abandonan la fe.
Es inminente, queridos hermanos estudiantes, pedir esta gracia cada día, para no entrar en desilusiones, decepciones, miedos aún en incongruencias, etc y si entramos en ellas, tener un punto de apoyo: Ese espíritu no de miedo, sino de fortaleza, de amor y de buen juicio. Esta es la fuerza de lo alto que todos poseemos, la fuerza, el espíritu de Dios. Esta es la fuerza que proclama el apóstol, en medio de la angustia de la persecución, por su vocación y por el Reino, que le hace exclamar: “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Fil, 4, 13. Esta es la fe, este es el carácter, esta es la lucha, este es el esfuerzo: reavivar el espíritu, el don, de nuestro primer amor vocacional.
En mi carta XV del 19 de marzo, les escribía de los medios que disponemos para prepararnos y ejercer dignamente nuestra misión en plenitud, por la libertad que da el espíritu de Dios. “De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracias” Jn 1, 16. Y les decía que eso es más que una canasta básica. Más de lo que necesitamos para alimentar y hacer crecer el don de nuestra vocación.
El prototipo de nuestra vocación es Cristo, modelos son todas aquellas mujeres y hombres, santas y santos, que han dado la cara por vivir el evangelio en fidelidad y a quienes debemos imitar. De lo contrario no tuviéramos en la Iglesia más cristianos, catequistas, delegados de la palabra, religiosas, misioneros, sacerdotes, obispos, que son luz para nuestras vidas, y vida y esperanza para los pobres desde la fe. Ellos no se detuvieron en quienes decepcionan y desilusionan, si no en quienes siembran, edifican, construyen, fortalecen, alumbran, con su conducta y su fe. Sabemos que fijarse e imitar a estos no es fácil también hay decepciones y miedos. La misión les resultaba muy escalofriante; por ello necesitaban la fuerza de lo alto: “Cuando venga él, el espíritu de la verdad, los introducirá en la verdad plena. Jn 16. 13.
Más adelante San Pablo invita a Timoteo: “Tu toma como regla la sana doctrina que has oído de mi sobre la fe y el amor que nos corresponden en Cristo Jesús”. 1Tm 1,13.
Querido hermano, tú, toma regla a Cristo: El es la regla de nuestra misión, nos recuerda San Vicente. Fíjate en los santos de la Congregación en el mismo San Vicente, en el Padre Perboyre, en Francisco Regis Clet, en Ghebra Miguel, en Justino de Jacobis, en Federico Ozanam, en fin en todos. Ellos inspiran confianza, amor, constancia, ellos nos alientan y fortalecen en nuestra vocación. Ellos nos hablan con su testimonio. En ellos fíjate. Mi estimado amigo y hermano, en ellos fíjate. “Ellos son, vaso, noble, santo y útil al Señor, apropiados para toda obra buena” 2Tm 21b.
¿Cuánto, quisiera no escandalizarles en nada a ustedes? ¿Como quisiera que germinara ya entre nosotros el punto de apoyo, en el que giráramos todos y llegar a la unidad en la diversidad por el bien de la misión? ¿Cuánto no diera para que todos digamos con San Vicente “Los formandos son los ojos de la Congregación”?.
Les invito “reaviven el espíritu de su primer amor vocacional,
eso les fortalecerá.”
En el centenario de nuestros fundadores y en el jubileo del año sacerdotal.

P. José Francisco Ramos. Cm.
Jueves 3 de junio de 2010

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