Ordenación presbiteral


En la Casa Madrde de las Hijas de la Caridad

Asamblea General

Ordenación diaconal de Nelson, Jason y 6 colombianos.

Del Visitador a los estudiantes. SEPTIEMBRE

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A NUESTROS AMADOS ESTUDIANTES
DE LA PROVINCIA DE AMERICA CENTRAL.
SALUDOS EN ESTE MES VICENTINO.

XII.

Queridos hermanos estudiantes, a escasos meses de finalizar el año lectivo filosófico, teológico 2009 y Seminario Interno, son muchas las preguntas que como estudiantes, como provincia, nos podemos hacer, y pueden surgir también muchas interrogantes, pero creo hermanos que para todos, la respuesta debe ser una sola: HICE LO QUE DEBIA HACER. Esta es la forma más sencilla de responder como buenos hijos de Vicente de Paúl al proyecto vocacional que el Buen Pastor nos ha confiado.

Este año 2009 ha sido de mucha bendición para nuestra provincia. Hemos recibido los frutos de nuestra esperanza a nivel vocacional. En enero nuestros hermanos Nelson Javier Salgado cm y Jason Cristian Soto cm, emitieron sus santos votos en León, Nicaragua. En julio la ordenación sacerdotal de nuestro cohermano Agapito Madrid Vega. cm, en Veraguas, Panamá. En agosto la ordenación diaconal de nuestro cohermano Mario Benito Hernández. cm, en Funza, Colombia. Considerando que la vocación misionera a la Congregación es un don de Dios, no nos queda que elevar nuestro corazón agradecido al Señor por estos hermanos. Hemos tenido también la partida al cielo en agosto, de la señora María Juana Saquic, madre de nuestro hermano Tomás.

En mi última carta les a invitaba a convencernos que “el nuevo rostro de la nueva provincia será cuando los nuevos misioneros (y esos son ustedes) sean santos, porque la santidad es el secreto del auténtico éxito de su ministerio pastoral”. En el marco del año jubilar, sobre los 350 años de la muerte y resurrección de Santa Luisa y San Vicente, que nos ha invitado a celebrar nuestro superior general, urge que personalmente tomemos medidas de hecho y bebamos de ese pozo inagotable de 350 de fundación, de esa agua llamada ESPIRITUALIDAD, para que la historia no nos coma el mandado, y no nos pase lo que advertía el mismo San Vicente: Sería algo así como abrazar una sombra y dejar el cuerpo.

Siguiendo la línea de nuestro amado padre y fundador, la Evangelii Nuntiandi: 76, reafirma lo que ya conocemos porque de alguna forma lo hemos leído, reflexionado y compartido:

“Es necesario que nuestro celo evangelizador brote de una verdadera santidad de vida y que, como nos lo sugiere el concilio vaticano II, la predicación alimentada por la oración, y sobre todo con el amor a la Eucaristía, redunde en mayor santidad del predicador. El mundo exige a los evangelizadores que le hablen de un Dios a quien ellos mismos conocen y tratan familiarmente, como si estuvieran viendo al invisible. El mundo exige y espera de nosotros sencillez de vida, espíritu de oración, caridad para con todos, especialmente para los pequeños y los pobres, obediencia y humildad, despego de si mismo y renuncia. Sin esta marca de santidad, nuestra palabra difícilmente abrirá brecha en el corazón de los hombres de este tiempo. Corre el riesgo de hacerse vana e infecunda”.

Aparentemente este texto, resulta un tanto difícil leyéndolo solamente desde la perspectiva de la utopía y no desde la visión de Dios. Cristo, la Iglesia, San Vicente, aún los mismos pobres, nos enseñan a leer desde la fe, desde el espíritu; por que es solamente desde allí que podemos y debemos ir proyectando y configurando la fisonomía del nuevo Misionero Vicentino en América Central para la Congregación de la Misión, y ésta es, creo, la mejor celebración Centenaria que podemos ofrecer y ofrendar a San Vicente hoy y en este año jubilar y siempre.

Para cada una de las etapas de formación independientemente sea cual sea y lugar donde se realice, este año jubilar es un espacio para acercarse al corazón de este gigante de la caridad y misión Vicente de Paúl. Este es el lema del año jubilar: CARIDAD Y MISIÓN que no es ajeno a lo que hemos ido aprendiendo en nuestra formación, por que estos son los ejes sobre los cuales girará cada día lo que somos y seremos en la C.M. Esto es el núcleo de nuestra estancia, amor, pertenencia a la Congregación, que alimenta y vivifica nuestro proyecto vocacional.

Queridos hermanos, recuerden siempre la necesidad y obligación que tienen de ayudarse mutuamente como jóvenes hermanos que caminan con una sola agenda hacia la aventura misionera. Para ello es necesario caminar al mismo ritmo,”maestro, ¿dónde vives? Vengan y lo verán”. Importante es que ninguno se adelante por ligereza y ninguno que se atrase por pereza. El camino es más fácil si se camina juntos. A todos los consagran los mismos elementos: vocación, Congregación, estudios, terapias psicológicas, pastoral, vida espiritual, vida comunitaria, vacaciones, pecado y gracia, ilusiones, en fin un sinnúmero de cosas de las que no pueden echar mano, algo de lo que carecen miles de millones de jóvenes.

Por favor, les recuerdo lo que tantas veces nos han dicho: van por el mismo camino, los mueve el mismo objetivo, los cobija la misma Congregación, que les hace miembros de una misma y sola familia, lejos todos los nacionalismos. Por lo que les invito: ayúdense, corríjanse con fraternidad entre ustedes mismos, pidan ayuda, déjense ayudar, sepan ayudar, es la única forma de ir aprendiendo a vivir la vida y vivencia comunitaria, tan necesaria ahora y siempre, como testimonio de la unidad de Dios y de la espiritualidad vicentina.

FELICIDADES EN LA FIESTA DE SAN VICENTE
Y COMPROMISO AL INICIO DE AÑO JUBILAR.

P. José Francisco Ramos. cm.
Septiembre de 2009.

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