Ordenación presbiteral


En la Casa Madrde de las Hijas de la Caridad

Asamblea General

Ordenación diaconal de Nelson, Jason y 6 colombianos.

Oración por la familia de Tomás Vásquez Saquic

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Hermanos de la provincia de América Central, el día de hoy murió la mamá de nuestro hermano Tomás Vásquez Saquic.

Pedimos a todos oración por la familia de él y por él mismo; confiando que a través de las mismas la esperanza de la resurrección conforte este momento de dolor.

Att. Hermanos del teologado de la provincia de América Central.

A LOS HERMANOS ESTUDIANTES DE LA PROVINCIA DE AMERICA CENTRAL. UN SALUDO FRATERNO LLENO DE ESPERANZA Y DE FE.

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Estimados y amados hermanos estudiantes: presente y futuro de la Provincia de Centro América. En mi última carta les invitaba a reflexionar el mensaje del Papa Benedicto XVI sobre la formación de los futuros sacerdotes. El Papa pondera dos aspectos propios del tiempo de la formación: En primer lugar la gracia de estar en el seminario y la capacidad del formando de saber aprovechar los espacios para la oración diaria, la liturgia, la meditación de la palabra y la adoración Eucarística. En segundo lugar la importancia de amar, potenciar la vida comunitaria tan necesaria para el futuro sacerdote.

El santo Padre continúa y dice “Amen la vida comunitaria que es anticipación de la fraternidad sacramental, que debe caracterizar a todo presbítero diocesano”. El Papa dice: presbítero diocesano. Veamos, que sí la vida comunitaria es importante para ellos, ¿cuánto no será más vital, necesaria e importante para nosotros? Hemos aprendido en nuestras etapas de formación que la vida comunitaria es un sacramento en nuestra espiritualidad, es nuclear, es parte de nuestro carisma, por ser signo de unidad. Sé que en cualquier tipo de comunidad resulta difícil, a veces algo utópico, vivir, pensar y sentir como un solo cuerpo comunitario, pero es allí donde encontramos la fuerza para nuestro caminar, la perseverancia en la vocación, poder llevar la cruz de nuestro ministerio, es allí donde compartimos, recibimos y nos santificamos.

Queridos jóvenes, de acuerdo a nuestra espiritualidad, estamos llamados todos a salvaguardar la vida comunitaria. La vida comunitaria nos enriquece y la enriquecemos, nos protege, nos guarda, nos amonesta, nos orienta, nos ubica, etc. Por eso pide el Papa: “amados jóvenes, amen la vida comunitaria, desde el tiempo de la formación”. En la vida comunitaria la diversidad y los carismas de cada uno contribuyen a acrecentar la comunión y a hacer la misión más fructífera. C.22.

Añadamos para enriquecernos a esta invitación del Papa, estas palabras de nuestro santo fundador que iluminan, confirman y despejan tantos miedos e incertidumbres en nuestro interior en relación a lo que estamos tratando: Todos hemos traído a la Compañía la resolución de vivir y morir en ella; hemos traído todo lo que somos, el cuerpo, el alma, la voluntad, capacidad, la destreza y todo lo demás. ¿Para qué? Para hacer lo que hizo Jesús, para salvar al mundo. ¿Cómo? Por medio de esta santa vinculación que hay entre nosotros y del ofrecimiento que hemos hecho de vivir y morir en esta Congregación y de darle todo lo que somos y todo lo que hacemos. T. XI. Pg. 402.

En este mundo sociedad en que la mayoría lucha por sobrevivir, por tener, etc, por que no hay muchos espacios para la vida, En esta sociedad que engendra individualismos lacerantes en todos los estratos y bajo la tutela de culturas, leyes, sistemas, religiones, aún más en nombre de los derechos personales, cerrando casi todas las ventanas de convivencia, de fraternidad, de solidaridad, de comunicación, todavía más anulando los valores en todas las dimensiones-- aún el valor santo de la vida-- anulando virtudes y principios universales. Toda esta realidad pinta un aspecto sombrío alrededor, pero no todo es completamente negro, por que el misterio de Dios trabaja cuando nosotros no lo vemos.

Pero es en medio de esta realidad latente de laceración familiar, social, cultural, comunitaria, que estas palabras del santo padre y de San Vicente, deben ser un toque de reconfiguración en cada uno de los proyectos personales en relación al espíritu de la Congregación: Hemos traído lo que somos, el cuerpo, el alma, la voluntad, la capacidad, la destreza y todo lo demás. Esta es la voz de San Vicente que llega al corazón. Deben hacer un silencio interior y escucharle. Vale la pena hacer alto, mire y oiga, para animarse a pesar de tanto desánimo que ven en la provincia y así seguir ustedes mismos animando y alimentando en el aquí y ahora la esperanza de esta provincia, por que ustedes son futuro y presente de esta madre provincial. Pero, recuerden que el futuro no está asegurado, si el presenté está hipotecado.
Otro aspecto importante de la carta del Papa es esta invitación “Ya desde ahora la santidad debe constituir el objetivo de su opción y decisión”. Todo esto recuerda que Dios nos llama a ser santos, “que la santidad es el secreto del auténtico éxito de su ministerio sacerdotal”.

Este gran reto y urgencia es para quienes hemos escuchado la gracia de la llamada y hemos tenido la fuerza y valentía de responder. La santidad es el secreto del auténtico éxito de su ministerio pastoral. Las obras realizadas por nuestros fundadores y otros fundadores, son dignas de admirar y causan profunda impresión fe y compromiso. El Espíritu nos dice que la calidad de estas obras, está en que son de fábrica LA ECLESIAL y la garantía de la obra es LA SANTIDAD, por eso es que estas obras no se pueden piratear. Fábrica, garantía y obrero son un solo cuerpo y un solo espíritu.

Hnos estudiantes y seminaristas. No dejen de soñar por una provincia con nuevo rostro misionero, fraternal, comunitario, eclesial y santa, mano a mano con los santos votos y el espíritu de la Compañía. Lo uno sin lo otro no funciona. Muchos de ustedes se han planteado esta realidad provincial. Muchos la comentan con fe, otros quizá con desalientos. Ahora la ven desde fuera como expectantes, mañana serán protagonistas y antagonistas de la misma. Comiencen a ver el sol desde la aurora, para que el ocaso no sea oscuridad. Tienen todas las fuerzas y energías para hacerlo. Pongan toda la carne al azador, no dejen nada para mañana en cajón del hielo por miedo: eso se endurece, pierde sabor, vitaminas, coloración, etc. mañana Dios proveerá.

El rostro nuevo de la nueva provincia será cuando los nuevos misioneros sean santos, por que la santidad es el secreto del auténtico éxito de su ministerio pastoral. La santidad hay que pedirla seriamente a Dios cada día y hacerla crecer. Los verdaderos sacerdotes son los sabios y santos, nos recuerda San Vicente. Apuesten por esto cada día y así los pobres tendrán verdaderos apóstoles y se les garantizará el evangelio en toda su pureza. Ellos serán los primeros beneficiados, social, eclesial y provincialmente.

Desde la curia provincial. P. Ramos. Cm. Julio 27-09.