Ordenación presbiteral


En la Casa Madrde de las Hijas de la Caridad

Asamblea General

Ordenación diaconal de Nelson, Jason y 6 colombianos.

Del Provincial para los estudiantes

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A TODOS NUESTROS AMADOS ESTUDIANTES DE LA PROVINCIA DE AMERICA CENTRAL. UN SALUDO FRATERNO DESDE LA CURIA PROVINCIAL.
Marzo 25 2009.

VIII.

Queridos amigos y hermanos en San Vicente, espero que todo vaya caminando entre ustedes al paso del amor, aun en medio de las cruces que toca cargar, sin ser redentores, pero, sí, necesarias para nuestra vida y la salvación del mundo entero. Una vida, una vocación, una misión, un proyecto programado sin el peso, sin la huella de la cruz, nunca es sólido y sucede que todo se derrumba, ora al inicio, a medio o al final del camino.

En mi última carta les recordaba y animaba a tener en cuenta la importancia de construir una verdadera comunidad familiar, iluminada por la palabra del apóstol San Pablo, cuyos textos tomados a pecho son el indicativo para un nuevo camino Provincial, un camino generado, labrado, pensado, desde una transparente reflexión, que provocará un verdadero compromiso con la comunidad local, provincial, Congregacional, etc, desde todo ángulo de la perspectiva vocacional, o sea desde ahora y para siempre.

Jóvenes, hay que comenzar desde ahora a construir, la comunidad no la ideal, sino la real: de acogida, diálogo, respeto, unidad, fraternal, de perdón, etc, donde cada uno refleje el amor inmenso, la unidad, santidad, la caridad de la Santa Trinidad, que San Vicente nos dejó como modelo de santidad, comunión y unidad, de esta manera nos evitaremos, miedos infundados, temores, huidas, desgastes, silencios, etc.

Me llama la atención la caída de Pablo camino de Damasco, algunos predican que se cayó del caballo, o del camello, yo nunca he visto un caballo en los textos de los Hc 9 y Hc 26. La caída fue bajar del podio de si mismo, de su seguridad personal, de su certeza, salir de su ego, ante el resplandor de la luz de Cristo y que lo cegó. Esta caída fue de liberación. Habla el hombre nuevo. ¿Qué quieres que haga? Preguntó. La respuesta, fue : ¡levántate, sigue tu camino y déjate ayudar! En Damasco está Ananías, el te sanará de ti mismo , de tu ceguera y te indicará el derrotero de tu nueva vida. Fue un verdadero paso hacia la conversión personal. No era malo, pero necesitaba ser mejor.

Sin este encuentro personal con Cristo, sin esta renuncia de si mismo, renuncia de su verdad, de su seguridad, etc, nunca hubiésemos conocido al apóstol Pablo, que tan sabiamente ha instruido por XX siglos al mundo cristiano y nos instruía en la carta anterior. Estoy convencido que para que hayan familias, comunidad, sociedad nuevos, es necesario que hayan mujeres y hombres nuevos, capaces de bajarse de si mismos, de preguntar, levantarse, caminar y dejarse ayudar para proseguir el camino, con un nuevo proyecto de vida y construir algo nuevo y duradero.

San Vicente, que como otros santos hubo de renunciar a si mismo, tiene como Pablo una nueva visión de su misión y nos habla de las virtudes añejas a nuestra vocación y en cuanto al Desprendimiento, expresa:

“ Deseo infinitamente que nos despojemos enteramente de la afición a todo lo que no sea de Dios, y que nos aficionemos a las cosas únicamente por Dios y según Dios, y que busquemos y establezcamos primeramente su reino en nosotros y después en los demás” . ) carta 476 ) Esta ha sido queridos estudiantes la novedad, de quienes se han encontrado con Cristo, DESPOJARSE.

Jesús, como condición para ser su discípulo, inquiere “ El que quiera seguirme, que renuncie a si mismo, tome su cruz y sígame” Lc 9,23. Si, no se da en nosotros la seriedad del seguimiento, entonces estos tres aspectos condicionantes de la llamada y del seguimiento de Cristo, no nos fortalecerán para nuestra conversión y no enriqueceremos nuestra comunidad provincial y entonces estaremos a un año luz, para comenzar un proyecto nuevo, de misioneros nuevos, para una comunidad nueva y para una provincia nueva.

San Vicente, en cuanto a este proceso del desprendimiento, sostiene: “ Oh, señor, cuán bueno es Dios para con aquellos que se desprenden de si mismos para unirse con El” Carta 498. ¿Cuántas dimensiones de nuestra vida debemos comenzar a trabajar cada día para llegar a ser aquel Sacerdote vicentino desprendido de si mismo, celoso misionero, apóstol, profeta, hermano, amigo, sensible, orante? ¿De cuántos pequeños ídolos debemos despojarnos para saber amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con toda la fuerza, con todo nuestro ser y consecuencia de ello saber amar al prójimo, al pobre según el corazón de Cristo?

Las ciencias nunca riñen en nuestra formación, con las virtudes y valores de nuestra vida de fe, con nuestro futuro misionero, más bien nos abren los sentidos, nos alientan el espíritu para que les demos el verdadero lugar y les asumamos íntegramente como fuerzas motoras transformantes de un proyecto nuevo personal en camino a un proyecto comunitario y provincial.

El tiempo cuaresmal, es un tiempo fuerte de fe, para detenernos y ver hacia nuestro interior y descubrir cual es nuestra participación en la cruz, pasión, muerte y resurrección de Cristo. El tiempo cuaresmal es tiempo de Desprendimiento. Desprendámonos de aquello que obstaculiza construir una verdadera comunidad familiar de futuros misioneros Vicentinos y pongamos todas las cartas en la mesa, que aquellas que se esconden bajo la manga, explotan mas adelante y causan una tremenda polvoreda que ciega los ojos de la razón y deja ciego a medio mundo.

Apostemos hnos, por una nueva comunidad familiar estudiantil de nuevos Vicentinos para Centroamérica.


Con espíritu fraterno P. José Francisco Ramos. Cm.

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