Ordenación presbiteral


En la Casa Madrde de las Hijas de la Caridad

Asamblea General

Ordenación diaconal de Nelson, Jason y 6 colombianos.

La Navidad, tiempo de la Misericorida de Dios

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Por P. Lucho c.m.
Para la Familia Vicentina

Hemos entrado en un tiempo litúrgico, en que la misericordia de Dios se hace tan evidente como en otros tiempos que la Iglesia nos ofrece, para volver nuestra condición humana y cristiana hacia Dios. La Navidad es uno de esos tiempos en que se evidencia la misericordia de Dios. Nos referimos a una navidad no comercial ni comercializadora, sino la natividad del Hijo de Dios.
Los nacimientos, los adornos, las luces, los símbolos, las ceremonias, los gestos, las expresiones de solidaridad, los encuentros familiares, los ágapes, etc., nos recuerdan cuán grande es el Señor para con nosotros. Por tanto, es un tiempo de gracia sobre gracia. Tiempo que nos recuerda la fragilidad, la fortaleza humana y divina de cada ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios.
Además, suele suceder que éste tiempo de preparación para la Navidad sea utilizado para evaluar proyectos, actividades realizadas, festejar o aplaudir los éxitos alcanzados en las obras, en el grupo; sin embargo, hay algunos temas que continúan siendo como una piedra de tropiezo, una espina que incomoda, nos cuestionan e interpelan en lo más profundo de nuestra vocación cristiana y aún más, como miembros de la Familia Vicentina. De hecho, no podemos olvidar o relativizar éstos temas en estos tiempos. Se trata del incremento de la violencia, la impunidad, las muertes extrajudiciales, las extorsiones en todos los niveles, el juego de poder en que constantemente nos vemos tentados o amenazados, el crimen organizado, los actos de injusticias social, la marginación o exclusión en que vivimos, negando la vida, la libertad y el derecho del bien común, explotación del medio ambiente, entre otros. Son apenas algunos temas en donde se constata la vida amenazada, aterrorizada por unos cuantos, sin Dios y sin misericordia.
Como Familia Vicentina, que creemos en la vida plena, en la integración y promoción social e integral de todo ser humano y de su medio ambiente, estamos llamados a no descuidar estos temas sobre todo, si amenazan la condición humana de los más pobres, a estar vigilantes y no confundirnos en medio de la aparente abundancia o de la opulencia en que se sumergen algunos, mientras otros sufren de frío o mueren de hambre, aniquilando el verdadero espíritu de la misericordia de Dios, manifestado en la navidad de Jesús, el pobre de Belén. Como Familia Vicentina, estamos llamados permanentemente a convertir nuestras “acciones humanas en acciones de Dios” decía San Vicente. En obras de liberación, para la transformación de “personas nuevas, en comunidades nuevas, para una nueva sociedad”. Si con nuestras acciones y labores intentamos que estén presentes éstos sentimientos, luego, entonces, estaremos creando en éste tiempo, el “clima de Dios”, llamado Navidad.

FELIZ NAVIDAD EN JESÚS, EL POBRE DE BELÉN,
Y VENTUROSO AÑO 2009.



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